29.12.12

La paradoja del filósofo enfermo

Un filósofo sufre trastornos estomacales que le provocan un malestar general, dolores musculares, jaqueca y otros padecimientos físicos, todos muy molestos. Con mucha dificultad logra incorporarse en la cama y escribe:

"Demostración de la inexistencia del alma:

"Si tuviéramos un alma inmaterial, capaz de sobrevivir a la muerte del cuerpo, y esa alma fuera el verdadero asiento de nuestro yo, de nuestra esencia, de nuestro intelecto, entonces el alma debería ser inmune a los males del cuerpo, pues los males del cuerpo están causados por agentes físicos incapaces de afectar un ente inmaterial. Por lo tanto, los males del cuerpo no deberían afectar nuestra capacidad de razonar. Pero hete aquí que yo estoy postrado por la ingestión excesiva de malos alimentos y esa causa meramente física disminuye hasta anularla mi capacidad de pensar; mi mente está nublada y divaga incapaz de centrarse en cualquier idea compleja. Dado que mi mente, mi yo, se ve afectado por causas físicas, ese yo no puede residir en un ser inmaterial, luego el alma no existe y nuestra inteligencia es el fruto de la acción física del cerebro.

"Refutación: A pesar de mi malestar físico he sido capaz de concebir el argumento anterior, luego, mi mente funciona correctamente a pesar de mis males físicos. La mente es, por tanto, inmaterial.

"Refutación de la refutación: Quizás mi argumento no es más que un galimatías sin sentido y me parece correcto solamente porque mi mente no funciona adecuadamente a causa de mis males físicos.

"Paradoja: Si mi argumento es correcto, entonces se refuta a sí mismo, porque habré podido escribir un argumento correcto a pesar de estar enfermo. Si mi razonamiento es falaz y no me he dado cuenta entonces el argumento es correcto, mi mente está nublada a causa de los males de mi material estómago.

"Mi argumento es correcto si y sólo si es falaz."

2 comentarios:

Marcos dijo...

Muy bueno. Espero que no sea indigestión por las fiestas :)

specu dijo...

También podŕiamos razonar del siguiente modo. Voy a partir de la premisa supuesta por el filósofo, a saber:


"Si tuviéramos un alma inmaterial, capaz de sobrevivir a la muerte del cuerpo, y esa alma fuera el verdadero asiento de nuestro yo, de nuestra esencia, de nuestro intelecto, entonces el alma debería ser inmune a los males del cuerpo, pues los males del cuerpo están causados por agentes físicos incapaces de afectar un ente inmaterial."

Esta frase, desde un punto de vista lógico, es un condicional, es decir un enunciado de la forma "p → q", en concreto:

"Tenemos un alma inmaterial capaz de sobrevivir la muerte del cuerpo..." → "el alma debería ser inmune a los males del cuerpo..."

El filósofo se encuentra con una contradición, tras haber supuesto este enunciado. Si aplicamos una conocida ley de la lógica, hemos probado la falsedad del supuesto, lo que es decir lo mismo que la verdad de su negación, cuya forma es:

¬(p → q)

que vale tanto como

¬(¬p ∨ q)

Aplicando las leyes de De Morgan:

¬[¬(¬¬p ∧ ¬q)]

Doble negación:

p ∧ ¬q

En otros términos:

"Tenemos un alma inmaterial capaz de sobrevivir la muerte del cuerpo..." y, no es el caso que "el alma debería ser inmune a los males del cuerpo..."

Como de p ∧ ¬q puede concluirse p, tenemos probado (en base al supuesto del filósofo) que:

"Tenémos un alma inmaterial, capaz de sobrevivir a la muerte del cuerpo, y esa alma es el verdadero asiento de nuestro yo, de nuestra esencia, de nuestro intelecto"

Saludos